El CAMINO es una experiencia vital que recomiendo a todo el mundo. El sentimiento de que se es peregrino en este mundo es un sentimiento universal. Este mundo es caduco e imperfecto. La búsqueda de la perfección, la belleza y el amor es una realidad universal. El CAMINO es una forma de enfrentarse a esos grandes interrogantes que acosan al ser humano. El espíritu desea sobreponerse a la materia. Para muchos el CAMINO es una forma de abrir el sello del misterio y entrever la realidad de otro mundo.
Y también es una forma de volver al mundo rural, sobre todo para los urbanitas, tan aquejados del ruido, la velocidad y las prisas.
Y supone encontrar al otro, en sus necesidades, defectos y perfecciones. Son muchas horas de contacto con la Naturaleza, el amigo que te acompaña, el desconocido con tu misma meta y la propia conciencia.
Una experiencia que enriquece el alma y el cuerpo y que aconsejo a todos.
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